SKIMS CONVIERTE LA IRONÍA EN LUJO CON SU NUEVO “BUSH THONG”

Entre el humor viral y la estética pos-femenina, Kim Kardashian redefine lo sexy con una pieza que es más concepto que prenda.

Hay lanzamientos que venden un producto. Y luego está Skims, que vende una idea —o mejor dicho, una conversación.

Esta semana, la marca de Kim Kardashian presentó una microtanga con vello sintético, y el internet hizo lo que mejor sabe hacer: convertirla en fenómeno cultural.

En menos de 24 horas, el llamado Bush Thong desapareció de los carritos de compra. No se trataba solo de una prenda interior, sino de una especie de statement piece: una broma convertida en objeto de deseo.

Pero antes de Kim , ya hubo quienes jugaron con el vello (y no, no hablamos de algo nuevo). Desde las merkin wigs del siglo XV —esas pelucas íntimas que usaban las mujeres en plena Edad Media— hasta las locuras conceptuales de Vivienne Westwood y Maison Margiela, la moda siempre coqueteó con lo prohibido.

El vello, como símbolo de lo natural, lo censurado y lo femenino en disputa, regresa ahora en versión pop, satinado y fotografiable.

Lo fascinante es cómo Skims logra transformar algo que podría rozar el absurdo en una pieza editorialmente poderosa. En una época en la que el cuerpo femenino sigue siendo territorio de debate, Kardashian responde con una estética que mezcla ironía, sensualidad y control de la narrativa.

La Bush Thong es una provocación elegante, una pieza que podría estar tanto en una pasarela conceptual como en un TikTok viral. En el universo visual de Skims, lo íntimo deja de ser vulnerable: se vuelve artefacto, textura, estética de poder.